El burro Lolo delante para que no se espante

Nada, empiezo resumiendo mi temporada. Y puede que me alargue un poco...

Hace ya unos cuantos meses, allá por septiembre del año pasado, en el Trofeo Edward, el Casa Extremadura, como grupo de atletismo, echó a correr. No estábamos los 8 (no hemos llegado a coincidir todos en carrera), pero sí nos apuntamos Entorviscao, Raúl (solo haría otra carrera más, que por culpa de las lesiones, le cortó la temporada), Sergi, Ángel y yo. Nos hicimos las primeras fotos del equipo, entre risas y mucha ilusión. Era el primer diezmil (3 vueltas a un circuito), que se me hizo durillo, pero me gustó mucho el recorrido y la organización, no estando masificada. Fui toda la carrera con Sergi, pero a falta de menos de 2 km, tiró fuerte y no pude seguirle, (como pasaría durante casi todo el resto de la temporada) empezando con muy buen pie en esto de competir. No pude bajar de 47 minutos, pero la vuelta a la competición popular me llenó bastante.

Pasamos ya al mes de octubre, y aquí nos encontramos con la Carrera del CSIC, carrera idolatrada, porque tenía muy buenos recuerdos de participaciones anteriores, aunque siempre se me había atragantado. Esta vez creo que corrí más rápido que nunca en un diezmil, pero una mala medición por estar en obras el recorrido no me permitió conseguir mejor marca en esta distancia. Daba igual, porque para Aranjuez quedaban 2 meses, y este era el gran objetivo para conseguir la mejora de marca. Mis problemas intestinales, que llevaba arrastrando desde abril por una gastroenteritis vírica mal curada me estaban respetando, así que después de estas dos citas, decidí hacer una media maratón.

La media maratón tuvo lugar en Moratalaz, allá por noviembre (llevaba sin hacer una media desde marzo, en Coslada, porque la de Madrid, por culpa de la gastroenteritis, no la pude disputar -que pena que tuve ese día-). Fuimos Moro y Sergi, y allí coincidí con el foroatleta Migmac, el Gigante de Velilla. Moro, el galgo, salió muy fuerte, junto con Mig, y yo fui con Sergi durante cerca de 6 km. Era la primera media de él, y quizá acusó la falta de km, porque me distancié poco a poco. Que dos vueltas más memorables, recordando la anécdota de la señora que nos gritó que nos fuéramos a la Casa de Campo a correr, alcanzando, cerca del km 18 al Gigante, y terminando junto a él la prueba (nos vino a los dos muy bien el encuentro). Aquí hice mi mejor marca personal en la distancia (algo más de 1 horas y 35 minutos, rebajando en casi 7 minutos mi anterior marca), pero nunca la he tenido muy en cuenta, porque al recorrido se supone que le faltaban unos cientos de metros.

Después de esta buena marca en la media, me quedaba más de 1 mes para el gran objetivo, el diezmil de Aranjuez, la prueba donde tenía mis dos mejores marcas en la distancia y dónde quería bajar de los 44 minutos... Iluso. Poco después de la media maratón, volví a tener desajustes intestinales, que me pararon y me llevaron a pasar por una colonoscopia allá por el día 9 de diciembre. Desagradable, tanto por la preparación con la Fosfosada del día anterior (que cosa más asquerosa), como por la prueba, aunque estuve sedado. Resultado, que todo estaba bien, que era lo importante, y que por lo que parece, la Fosfosoda podrá estar muy mala, pero te limpia muy bien por dentro. Doce días por delante hasta la gran cita, sin apenas entrenos, y siendo realista, sabiendo que el gran objetivo es inalcanzable.

Aún así, el día de Aranjuez, con mucho frío, el Casa Extremadura acude con la mayor representación hasta el momento (6 componentes). Es un lugar único para correr, la hora invita también (no hay que madrugar, es a las 12 de la mañana). Comienza la carrera, y compruebo que no voy bien de patas, aunque recupero algo a partir del km 2. Me entusiasmo, pero el km 5 me dice que esta vez no. Llego a meta en algo más de 47 minutos (Entorviscao llegó a menos de 10 segundos de mí), y la desilusión es tremenda. Todos están contentos, tanto Juanmi, como Ángel, Moro, Sergi o Entorviscao, pero yo no. Aprendo que independientemente de no conseguir un objetivo, nunca más dejaré de disfrutar en una carrera...

Llegamos al día 31 de diciembre, San Silvestre, y como no, por cuarto año consecutivo, la vuelvo a hacer junto a Moro y brother, y José y un amigo suyo. Una fiesta del running, unas 30.000 personas corriendo bajo la lluvia, y luego los otros locos, esos aficionados que salen para aplaudirte o decirte unas palabras de ánimo... Que tendrá esta carrera, que dices nada más terminar que el año que viene la ves desde casa, y al final repites... Se ha terminado la temporada de los diezmiles, y como de la tripa estoy mejor, comienza la preparación para "la prueba"…

…el MAPOMA, esa carrera que hizo tantos años nuestro padre y que por fin, si la salud y mi confianza en mí mismo me lo permiten, disputaré y buscaré terminar para dedicársela. Estamos en enero, y me fijo hacer varios medios maratones sin buscar marca (Getafe, Fuencarral, Coslada y al final, de premio, Madrid), aumentar el número de entrenos por semana y el volumen de km, junto con hacer muchas cuestas. Siendo un corredor anárquico, que corre sin seguir un plan de entrenamiento, y que solo lo hace por disfrutar (no lo siento ni lo sentiré como una obligación), estos cuatro meses me servirán para ver de qué pasta estoy hecho.

La primera media es en Getafe, y acudo con mi hermano, aunque volvemos a coincidir con el Gigante de Velilla. Hago mi segunda mejor marca en la distancia, pero Getafe daba para haber hecho mucho mejor marca. No era el objetivo, así que pasamos a Fuencarral, en el mes de febrero. Segundo año consecutivo disputándola, y a esperar a que lleguen esa míticas cuestas, con dos rampas pasado el km 12 de impresión. Como disfruto cuando subo, que bien que voy, con Sergi detrás mía, pero antes de terminar de coronar la segunda, peto y Sergi se marcha de mí pasado el km 16. Al final, algo más de 1 hora y 42 minutos, rebajando en 35 segundo la marca del año anterior.

No vamos mal, pero me ayudan a perseverar más tanto en número de entrenos como en aumentar km los consejos de los foroatletas, los cuales siempre agradeceré. Estamos en el mes en que cuando no hay carreras, las tiradas largas de los domingos pasan de la hora y 30 minutos, junto a mi brother, que también me anima a no parar cuando me ve que remoloneo. Y en esto que llegamos a Coslada, en el mes de marzo, la media del pueblo, otra carrera que disputó nuestro padre en numerosas ocasiones. Aquí el aliciente es ver a la novia, a la madre, a la cuñada y sobrinas, a los amigos, que se acercan para animarnos (y conocemos a Klass). Por diferentes motivos (lesiones y trabajo), solo 3 miembros del equipo la podemos disputar (brother, Sergi y yo), pero Raúl, Moro y Juanmi se dejan ver durante el recorrido. Consigo una buena marca (1 hora y 37 minutos), para ser una carrera rompe-piernas, que no tiene nada de bonito que ver durante el recorrido. Aún así, es la carrera del pueblo, y está bien organizada, con esas cervecitas y barbacoa después de la prueba.

Queda un mes para el día 25 de abril, y empiezo a pensar que voy por el buen camino, aunque todavía hay que seguir, que la cita merece todo esfuerzo posible. Nos apuntamos a la media de abril, y queda como un entreno de calidad, el último largo antes del maratón. Una gran carrera, con reencuentros con otros corredores populares, y que tiene la nota más negativa posible con el fallecimiento de un corredor, uno de los nuestros, durante la prueba…

Quince días, de descarga, lo que no se haya hecho antes no se recupera ahora. Sergi, Moro, Ángel y yo velamos armas para la gran cita...

Llega el día, el gran día, la cima a la que todo corredor popular queremos llegar, el Maratón. No voy nervioso, he enlazado 4 meses seguidos de entrenos, con casi 700 km en las piernas. Me encuentro con muchos foroatletas, que van a disputar la carrera de diez kilómetros junto al gran Gebreselassie. También volvemos a ver a Gacela de Vallecas, el gran Román, que tío más simpático. Nos colocamos en la salida, Ángel y Moro se van más adelante y Sergi, el Gigante y yo salimos después. Hace mucho calor, demasiado, la maratón se disputa en el día más caluroso del año. Pasan los km, y disfrutamos de un Madrid sin coches, y con mucho público, sobre todo por Sol, impresionante. Llegamos a los 21 km, vamos bien, a los 25, vamos bien, pero es entrar en la Casa de Campo, y empiezan las malas sensaciones. El Maratón nos está demostrando su cara más dura. El Gigante se distancia, cerca del km 30, y seguimos Sergi y yo mientras mi hermano, Ángel, nos saluda (su carrera había terminado, la lesión que arrastraba de la semana anterior le impide continuar, megda). En el 35 volvemos a coger a Mig, que va tocado del ala, pero poco después de pasarle, empiezo a petar. Que últimos 7 km, los más duros como corredor popular. Sergi tira de mí, me anima, pero no puedo ir más rápido. En el 39, finalmente, se distancia, es tontería que siga sufriendo por seguir más despacio conmigo. Los 3 últimos km en solitario, durísimos, con ritmos cercanos a los 7 minutos por km. Llegando al km 41 me paro y sigo andando, nunca lo había hecho antes, no sé porqué, y es algo que siempre me echaré en cara. Después de unos cientos de metros, vuelvo a correr, y por fin, con los ánimos de Entorviscao y Javi desde el público, entro en Meta. Padre, lo he conseguido, esto va por usted…